Llegamos a la base de la Islandis. Parece que se pueda subir, pero a la que lo intentamos, el hielo comienza a partir a medida que clavamos nuestros piolets. El primer resalte aún se podría hacer algo, pero luego ya, dudamos de la consistencia del hielo en plena cascada vertical y decidimos dar marcha atrás.
Decidimos buscar el rincón de la Cantera. Lugar donde cabe un tanto por ciento elevado de que podamos hacer alguna cosa. Llegamos casi a mediodía y decidimos comer algo.
Llega la tarde y le pegamos a la vía Míting de 30 m y fácil ascensión.
Y luego Frank.
A nuestra izquierda hay dos escaladores realizando la vía Amigos de lo Ajeno. La realizan de segundo los dos, habiéndola montado en top rope. El romper del hielo con sus piolets es constante, lo cual, decidimos bajar a la cascada del Salto del Mandril. Ya una clásica en nuestras aventuras por la zona y acabar nuestra primera jornada de escalada y sin mucho éxito.
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