Una montaña que llevábamos tiempo sin subir ninguno de los dos, y recordando, decidimos repetir la excursión, llegar a la cima y volver a apuntar con el dedo hacia el cielo, en memoria de nuestro gran amigo Jordi que nos observa desde allí arriba y que llevamos en mente en cada una de nuestras salidas.
Llegamos a eso de las 9:30 h. y el día es radiante. Sopla una brisa fresquita, pero que contrastada con el sol imponente del día de hoy, hace que en las zonas resguardadas del viento sea algo caluroso.
Partimos desde el párking inferior de las pistas de esquí de Vallter 2000. Remontando la pista hasta desviarnos para encararnos al coll de la Marrana.
El paso es algo delicado, la nieve está bastante dura, lo que nos lleva a colocar las cuchillas a nuestros esquís.
Una vez alcanzamos el collado, tomamos algo de líquido, nos quitamos las cuchillas y no perdemos tiempo en seguir nuestra ascensión.
El viento cada vez sopla con menos intensidad, el calor es más evidente y nos achicharra nuestros cogotes, hace demasiada calor. La nieve en este punto está más deteriorada, sopa, sopa, y para colmo, todo lo que es la pala, parece que haya bajado la marabunta, no hay ni una sola parte de nieve sin pisar y con este estado, vamos a cansarnos más en el descenso. Esta lleno de agujeros y pisadas de la gente, es evidente, un clásico.
Traza que utilizamos de descenso alternativo al coll de la Marrana.
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